Una fé intrépida.
La primera vez que me hablaron de la fé, lo traduje a un resultado religioso y como sé que Dios es infinito, quise indagar más allá, quise navegar en las grandezas de una palabra tan corta. Encontrándome con que la fé es un acompañante genuino de tus acciones, y la sientes al saber que más allá de ti y de lo que hagas, puedes ser todo lo que te propongas.
Me di cuenta que si mis acciones no tenían concordancia con mis pensamientos diarios, no iba a llegar a la cima de ninguna montaña, por más bajita que está fuera. Puedes estar haciendo lo que amas, pero si te dejas llevar por el miedo, la ira, la crítica, la envidia y los prejuicios, lamento informar que moriremos en la orilla.
Si esperas que te vaya bien en el mar de tu vida, en el timón deben acompañarte manos alegres y firmes, de esta manera tu camino no solo estará seguro, sino también lleno de optimismo, siendo este último el que te ayudará a soportar y traspasar los olas fuertes.
Ordena tus pensamientos y ordenarás tu vida. Es importante seguir adelante en medio de todas las circunstancias, y responder a los llamados más altos dentro de ti, continúa siguiendo ese corazón valiente, creyendo que obtendrás la recompensa de cada esfuerzo y todo lo tuyo vendrá a ti con exactitud matemática, para mi esto es fé, una fé intrépida que hacen del éxito y el poder, resultados superiores a los que espero.
Debo confesar que esta fé trae más sorpresas que una caja de pandoras, y eso es lo que me anima a seguir explorando las capacidades que ni siquiera pensé que tenía. Es algo muy emocionante, por eso hoy vengo a ti para decirte que si encuentras esta fé no la pierdas, siempre vuelve a ella como tu refugio y mantente firme sobre esta base inmortal e inamovible.
Si llegas a poseer esta fé no tendrás que preocuparte por los resultados, el éxito vendrá a ti, ya que simplemente tus pensamientos y acciones son correctos y los esfuerzos correctos inevitablemente traerán resultados correctos.

Había una vez una mujer que había tenido una vida muy dichosa y un amigo un día le dijo: ¡Que afortunada eres, solamente tienes que desear algo y te llega! Y así parecía superficialmente, pero en realidad toda la bendición que ha entrado en la vida de esa mujer, es el resultado directo del estado interno de bendición que ella ha estado cultivando durante su vida.
Los necios desean y refunfuñan, los sabios trabajan y esperan. Y esta mujer había trabajado por fuera y por dentro, pero especialmente sobre su corazón y su alma; y con las invisibles manos del espíritu había construido: esperanza, alegría, devoción y amor, era un bello templo de luz, cuya gloriosa radiación la rodeaba. Destellaba en su pupila, brillaba en su gesto, vibraba en su voz, y todos los que la llegaban a conocer sentían su magnetismo. Y así como con ella, será contigo. Tu éxito, tu fracaso, tu influencia, son las tendencias dominantes de tus pensamientos y por ende los factores determinantes de tu destino.
Envía pensamientos amorosos, felices, sin mancha y caerán bendiciones en tus manos y tu mesa será puesta con el mantel de la paz. Ahora, si por el contrario envías pensamientos de odio, impuros e infelices lloverán cosas malas sobre ti y el miedo y la inquietud harán guardia sobre tu almohada. Tu eres el hacedor incondicional de tu destino, sea cual fuere. Cada momento emites las influencias que harán o destruirán tu vida.
Ten un corazón que late de amor y generosidad, y tu éxito será grande y duradero, aún si ganas poco dinero. Confina a tu ser dentro de los estrechos límites del propio interés, y aún si llegaras a ser millonario, tu influencia y éxito serán insignificantes en el recuento final. Cultiva entonces un espíritu puro y bondadoso, combinando pureza con esta fé, bajo un propósito único y estarás evolucionando a partir de los elementos no solo de la salud abundante y éxito duradero , sino de la grandeza y el poder.
Ahora… ¿Qué es la fé para ti?
Que la fé intrépida te acompañe hoy y siempre, un abrazo caluroso,
Mari 😀
Inspirado en el libro: De la pobreza al Poder, de James Allen
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